¿Puedes identificar los riesgos de polvo combustible en este escenario?
El año pasado recibimos una llamada que se hizo viral internalmente con nuestro equipo de ingeniería. Nos sentimos bastante alarmados, pues la llamada sugerío que incluso los ingenieros profesionales están confundidos con respecto a los peligros del polvo combustible o tienen información errónea con respecto a cómo los procedimientos normalizados de operación que se emplean en numerosas plantas de procesamiento de polvo podrían generar una explosión mortal. ¿Puedes identificar los riesgos de polvo combustible u otros riesgos de seguridad en este proceso abajo?
Un ingeniero de procesos nos preguntó sobre cómo actualizar un sistema de transferencia de polvo abierto en nuestro sistema transportador neumático por vacío cerrado. El proceso existente requería que los trabajadores cargaran manualmente sacos a granel desde el área de almacenamiento hasta la parte superior de un tanque abierto para luego abrir el saco, romperlo, volcar los polvos en el tanque y desechar del saco vacío. Los polvos se mezclan manualmente con etanol en el interior del tanque. Después, se procede a descargar la mezcla del tanque hacia el transportador abierto y se transporta a la etapa siguiente.
Empecemos con los riesgos de seguridad visibles
El hecho de requerir que los trabajadores carguen sacos de 50 libras a lo largo de toda la planta y subir las escaleras para acceder al tanque puede generar el riesgo de resbalar, tropezar y caer. También supone un problema en cuestiones ergonómicas, lo que puede provocar una lesión de la espalda.
El hecho de romper los sacos manualmente para abrirlos, volcar los polvos y luego desechar los sacos vacíos por lo general permite que cierta cantidad de polvo fino escape al aire y caiga en la ropa y en el piso. Incluso si se trata de cantidades muy pequeñas, estas se pueden acumular si la limpieza no se realiza con mucha frecuencia. Estas partículas de polvo aéreas no solo representan un riesgo respiratorio, sino que también proporcionan el combustible necesario para que ocurra una explosión de polvo. También existe el peligro de salpicadura cuando caen aglomeraciones y trozos en el etanol, así como el riesgo de tener contacto con el material descargado en el transportador abierto.
Y ahora continuemos con los riesgos de seguridad invisibles:
El etanol contenido en el tanque abierto es un disolvente altamente inflamable (incluso más inflamable que la gasolina) que emite gases nocivos al aire. Los trabajadores estaban inhalando estos gases diariamente. Cuando estos gases se mezclan con el aire ambiente y polvo combustible, una chispa, una llama u otra fuente de ignición podría provocar una explosión masiva. No obstante, no se contaba con un sistema para ventilar, eliminar o de otro modo manejar de manera segura los gases. ATEX hubiera clasificado sus instalaciones como una zona de gas y polvo EX, y el material se descargaba en una atmósfera explosiva que habría sido clasificada como una zona ATEX 0 o 1 (Clase I, División 1).
Cuando los polvos secos se volcan desde sacos o bolsas, la acción deslizante con frecuencia provoca que las partículas se separen. Esto genera una carga electrostática. Al mismo tiempo, también surge una carga en el saco o la bolsa. Debido a que el cuerpo humano conduce cargas eléctricas, un trabajador que arrastre los pies mientras vacía el saco en medio de una nube de polvo podría provocar una descarga eléctrica y generar una explosión. Esto también puede suceder si las partículas de polvo con carga presentes en las manos o la ropa del trabajador entran en contacto con la bolsa o el equipo con carga, dando lugar a la explosión.
Esta empresa tuvo suerte, pues evitó incidentes graves, pero puedes darte cuenta por qué estuvimos tan alarmados. Debemos mantener la confidencialidad de nuestra solución recomendada, pero para que tengas una idea básica al respecto, consulta los transportadores neumaticos a vacio.